miércoles, 30 de marzo de 2016

(2) Mantengamos la lámpara encendida orando....




"Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro"
(2º modo de orar de Sto. Domingo de Guzmán)


Hoy la Palabra nos habla al corazón, contándonos cómo fue el encuentro de María Magdalena con Jesús, la primera persona que le vió resucitado. Es muy fuerte. Ella que no le reconoce mirándole con sus propios ojos y no con los ojos de la fe y él, que .... me lo imagino....con ojitos felices, una sonrisa en los labios y casi no pudiendo creer que no le reconociera María Magdalena... con todas las vivencias que habían tenido !! Ese "¡María! que el pronuncia, es como si dijera... pero María... cómo no me reconoces? Por otro lado ella  quiere "apoderarse" o "acapararlo" a Jesús agarrándolo y  él que le pide que le suelte.... mmmmm no quisiera estar en ese lugar de María. Una mezcla de sentimientos de " quiero que te quedes conmigo y no me dejas que te toque, que te agarre...."
 .....Es que no es ese el amor con que se le ama a Jesús. Jesús no es un objeto con el que me puedo quedar, sino una persona a la que puedo AMAR LIBREMENTE de igual manera que El, libremente se ha dado a toda la humanidad POR AMOR.
 Aún mas  fuerte es la petición de Jesús a María y lo que le dice " ....ve y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro"
Jesús Hijo, Jesús hermano, Padre suyo y Padre mío... Padre nuestro......
Dios Padre ya no es solo Padre de Jesús, ahora también es Padre nuestro,  Jesús ya no es solo Hijo, sino es también nuestro hermano. Tengo la intuición..., sensación... no se cómo llamarlo... y quizá me equivoque, que estamos en el corazón de la Santísima Trinidad.  Por cada una de las Tres Personas, hay un derroche de amor in-imaginable sobre cada uno, por dentro y por fuera, por arriba y por debajo....Papá Dios  es don que se nos da en todo lo creado, incluidos nosotros, Jesús en la vida diaria y en la cruz..., viviendo lo mismo que cada uno vive, tanto en alegrías como en tristezas, limitaciones humanas, sin llegar al pecado jamás, miradas,sentires, vivencias físicas, como hambre, frío, sentimientos de abandonos por sus amigos.... que se han quedado dormidos cuando mas les necesitaba y al momento de estar colgado en la cruz, (Dios mío, Dios mío, porqué me has abandonado) y/o llegar al límite y sentir la inseguridad y el miedo orando en el huerto de los olivos, al mismo tiempo que un corazón confiado, amante de la voluntad de su Padre, como muestra de amor incondicional a pesar de saber que vamos a caer una y otra vez, Jesús las ha pasado todas por mi... y por ti.......y el Espíritu que viene con toda su humildad, silencioso y callado a darse por entero y vive   en nosotros tanto cuanto le dejemos obrar , regalándonos los dones que cada uno necesite para hacer lo que ya está escrito en el corazón de Papá Dios.

Santo Domingo de Guzmán oraba también usando la postura de "postración", (2º modo de orar), tomando como ejemplo a los reyes magos, que cuando llegaron a ver al niño Jesús, se arrodillaron frente  a él, como señal de humildad por su parte, y reconocer a quién tenían frente a ellos.

   Reconocer quién es El y que somos nosotros, es una primer paso de humildad, que hace que caigamos de rodillas frente a la inmensidad de Dios. La reverencia hoy día ya no se "usa", pero es bueno que tomemos consciencia de lo que somos ante Dios. El evangelio de hoy, da para esto, para buscar y reconocer a Jesús RESUCITADO en el hermano 
y en mi, descubrir  y  saborear  la mano de Papá Dios en cada acontecimiento del día que vayas viviendo,  mirar y contemplar "las huellas" del Espíritu en cada paso que dan hoy nuestros pies y nuestro corazón. Llevamos a la Trinidad dentro nuestro !! Somos Templo del Espíritu Santo !! Donde está uno, están los Tres !!


No hay comentarios:

Publicar un comentario